La colitis ulcerosa es una enfermedad crónica que cursa con la inflamación del intestino grueso, y que puede presentar situaciones con síntomas como la diarrea, el dolor abdominal, la urgencia intestinal y/o presencia de sangre en las heces.
La colitis ulcerosa es una enfermedad crónica para la que actualmente no existe una cura. Los tratamientos se centran en conseguir que la enfermedad esté en estado de remisión y que ésta se mantenga, así como prevenir posibles complicaciones y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
En el caso de la colitis ulcerosa, el tratamiento depende de la situación de cada paciente, y el médico utilizará aquel que sea más adecuado en función de la extensión y gravedad de los síntomas.
Los tratamientos en general reducen la inflamación del colon, lo que lleva a la desaparición de los síntomas.
En los casos más graves y raros, cuando el tratamiento no hace efecto o la situación se agrava, puede requerirse el ingreso en un centro hospitalario para un análisis multidisciplinar con especialistas gastroenterólogos, cirujanos y nutricionistas, que podrían valorar la necesidad de una intervención quirúrgica.
Para evitar los brotes es imprescindible acudir a los controles médicos pertinentes y seguir las pautas del tratamiento tal y como lo ha indicado el gastroenterólogo, y si éste no indica lo contrario, debe mantenerse el tratamiento, aunque no haya síntomas.
En el caso de la colitis ulcerosa, llevar una dieta sana, equilibrada y variada, hacer ejercicio moderado y evitar situaciones de estrés también ayudará a mantener una actitud positiva frente a la CU.