Aumento de las deposiciones con un cambio en su consistencia.
La colitis ulcerosa es una enfermedad crónica que cursa con la inflamación del intestino grueso, y que puede presentar situaciones con síntomas como la diarrea, el dolor abdominal, la urgencia intestinal y/o presencia de sangre en las heces.
En la colitis ulcerosa, los síntomas se manifiestan especialmente en la zona intestinal. Los más habituales son:
Aumento de las deposiciones con un cambio en su consistencia.
Deposiciones con sangre o con ligeras hemorragias.
Especialmente en la colitis extensa en brotes moderados o graves.
Urgencia en la expulsión de heces y/o sensación de necesidad permanente de defecar.
El proceso inflamatorio en brotes moderados o graves puede provocar fiebre.
El principal síntoma sistémico es malestar general acompañado de fatiga e irritabilidad.
La CU se caracteriza por alternar períodos de actividad con otros de remisión. Los brotes o fases de exacerbación de la colitis ulcerosa pueden manifestarse de forma gradual o súbitamente.
Los brotes en la colitis ulcerosa se clasifican como leves, moderados o graves en función de los síntomas que se manifiestan durante el brote, como son la mayor o menor frecuencia de deposiciones diarias y la presencia o ausencia de sangre en heces.
La colitis ulcerosa se caracteriza por afectar únicamente la mucosa del intestino grueso. La inflamación causa una presencia excesiva de moco, sangre y úlceras de distintos tamaños que se extienden entre el recto y el colon.
Las causas de la aparición de la enfermedad siguen sin aclararse. Las últimas investigaciones apuntan a la suma de diferentes factores como pueden ser la predisposición genética y factores ambientales podrían actuar como desencadenantes de una respuesta inmunológica anómala.
Cuando mayor es la extensión de la colitis ulcerosa y más severo es el brote, existen más posibilidades de que se manifiesten otros síntomas no intestinales. En algunos casos, estos síntomas de la colitis pueden aparecer incluso antes del diagnóstico.